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Cien webs que los médicos consideran un peligro para la salud pública

La Organización Médica Colegial lleva a la Fiscalía un centenar de portales de pseudociencias peligrosas

«La gente está desesperada y está cayendo en manos de estos charlatanes», denuncia el doctor Jerónimo Fernández Torrente. Acaba de comenzar su andadura como coordinador del recién creado Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias que acaba de lanzar la Organización Médica Colegial (OMC), que representa a los casi 250.000 médicos colegiados en España. Su primera actuación de importancia será llevar en cuestión de días ante la Fiscalía General del Estado un listado de cien páginas web. «Son alrededor de cien portales que representan lo más peligroso del mundo de las pseudociencias, aquellas que dicen explícitamente que pueden curar el cáncer con remedios falsos, aquellas que son sectas sanitarias que apartan a la gente de sus familias y de la medicina», explica Fernández. «Son un peligro para la salud pública y se tienen que cerrar», zanja.

Habla explícitamente de dos entornos: el de Josep Pàmies y el de Enric Corbera, dos personajes con gran presencia en la red, donde han logrado una legión de seguidores que creen y difunden sus peligrosas doctrinas. Las webs de Pàmies porque asegura contar con remedios, algunos prohibidos por su toxicidad (como el llamado MMS, lejía industrial diluida al 28%), «para curar todo tipo de enfermedades, incluido el cáncer», explica Fernández. Y las de Corbera, según la denuncia que preparan para la Fiscalía, por «estar detrás de la secta sanitaria de la bioneuroemoción, que engaña a la gente diciendo que todas las enfermedades son un simple conflicto emocional no resuelto», advierte el médico.

En concreto, a Fernández le preocupan especialmente la bioneuroemoción, la biodescodificación y todos los nombres de «los discípulos de la nueva medicina germánica», un invento del doctor Hamer, un charlatán que acabó en la cárcel tras la muerte de varios enfermos de cáncer que dejaron el tratamiento médico. «Dos décadas después estos mismos engaños han vuelto con la misma fuerza y pueden volver a provocar las mismas tragedias», advierte. Junto a estos grupos, se incluyen otros portales en los que se publicitan remedios como el MMS y terapias que ponen en riesgo la salud del paciente o que le pueden incitar a abandonar el remedio médico real, el que cuenta con aval científico.

Tras llevar su escrito a la Fiscalía, la OMC hará público ese listado completo, porque «también se trata de mandar un mensaje de cara a la ciudadanía», de advertir de estos peligros, de mostrar que se hace algo para proteger a los pacientes de caer en sus redes. «Las cien webs son algo testimonial, claro, una gota en un océano en este ámbito», admite Fernández, «pero las tienen que cerrar porque es muy grave lo que hacen. Es un acto de responsabilidad. Seguramente me quede corto si digo que hay 10.000 webs que habría que cerrar, pero hay que empezar a pararles, que no saquen más provecho del desconocimiento y la desesperación». Una vez presentada la denuncia, el listado se enviará al Ministerio de Sanidad («como en otros casos de grave intrusismo») y a la Defensora del Pueblo, porque entiende que las autoridades deben estar al tanto de lo que está sucediendo.

No obstante, el doctor Fernández se muestra crítico con el escaso papel que están desempeñando las autoridades sanitarias frente al fenómeno de las pseudociencias y pseudoterapias. «Hay publicidad engañosa, hay estafas, hay establecimientos que se saltan la ley prometiendo curas… desde los sistemas de inspección de las comunidades autónomas se podría hacer mucho», asegura. «Tenemos que exigir que se cumpla al menos la normativa actual», reclama, en referencia a los establecimientos sanitarios, que deberían contar con un médico cuando en un local aseguran que se realizan técnicas para tratar la salud de las personas. «Si hubiera una inspección seria, tendría que cerrar el 95% de estos locales y centros de pseudoterapias», sugiere Fernández, que también es el tesorero de la OMC.

Aun así, cree que los partidos políticos deberían coger el toro por los cuernos para redactar una normativa más específica que ayude a ordenar la situación desde el ámbito estatal. Por eso, el Observatorio se plantea también la tarea de asesorar, de presionar, de colaborar con las autoridades públicas del ámbito local, regional, con los grupos del Congreso, etc. para acercarles el problema y pensar soluciones en común.

Fernández también hace autocrítica: en las últimas fechas las organizaciones médicas están dando «pasos valientes» para combatir el fenómeno de las pseudoterapias, pero «venimos de una trayectoria de 25 años en la que hemos dado bastantes bandazos, dándole espacio en nuestros colegios». «Ahora hay una corriente de denuncia muy favorable, pero lo hacemos cuando ya se ha hecho evidente la infiltración de los charlatanes en el tejido profesional, en el académico, incluso en los centros médicos. ¿Cómo es posible que tengamos que ver que se ofrece reiki en los hospitales? Es un sinsentido», lamenta.

Para estar más cerca del problema, el Observatorio también ha creado un buzón de denuncias en su web. De momento, han recibido más de 150 comunicaciones de todo tipo y que sirven para conocer la realidad de lo que está sucediendo: personas que han sido engañadas, gente que consulta sobre pseudoterapias, denuncias de actos que van a celebrar algunos de estos charlatanes en espacios públicos, etc. El Observatorio se pondrá en contacto con las autoridades locales en casos como estos, para que tengan conocimiento de que se va a celebrar algo que no es una simple charla sino la antesala de un engaño médico. Pero hay muchos casos que todavía no saben como abordar, reconoce: «Estamos aprendiendo con cada denuncia, de las experiencias, del sufrimiento, de la frustración de la gente que padece por culpa de aquellos sin escrúpulos que se aprovechan».